Después del contundente triunfo Laborista en Inglaterra, la Izquierda francesa se quedo co un comodo triunfo electoral y los segudores de Emmanuel Macron se quedaron con el segundo lugar, relegando a la extrema derecha al tercer lugar.
El triunfo de la Izquierda francesa en misma semana que los Tories recibieron la peor derrota política de su historia reconfigura el escenario de los análisis poíticos mundiales y de la Argentina gobernada por un presidente como Javier Milei, que comienza a quedar aislado no solo en lo discursivo sino también en lo político.
Ayer mismo, mientras las urnas francesas estallaban en votos de izquierda y moderados dejando a Marine Le Pen -una vez más- fuera de la discusión, el presidente Javier Milei continuaba asegurando en Brasil que el socialismo estaba acabado, sin registro -tampoco- de lo acontecido en las islas britanicas apenas horas a trás.
Los partidos políticos franceses se enfrentabn desde ayer a una tarea de proporciones para formar gobierno, después de que la segunda vuelta de las elecciones arrojó un Parlamento dividido, con preponderancia de escaños para la izquierda y la centro derecha o derecha moderada de de los seguidores de Emmanuel Macron.
Los resultados finales un revés para el nacionalista y euroescéptico Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen, que los sondeos habían predicho que sería el partido más votado, pero que quedó en tercer lugar.
La izquierda obtuvo 182 escaños, la alianza centrista de Macron 168 y la Agrupación Nacional (RN) de Le Pen y sus aliados 143, según datos del Ministerio del Interior.
La izquierda, que quiere limitar los precios de bienes esenciales como el combustible y los alimentos, aumentar el salario mínimo a 1.600 euros netos al mes, subir los salarios de los trabajadores del sector público e imponer un impuesto sobre el patrimonio, dijo inmediatamente que quería gobernar. "El presidente debe invitar al Nuevo Frente Popular a gobernar", declaró el líder de la izquierda dura, Jean-Luc Melenchon, situación que pasará está mañana siguiendo las tradiciones de la formación de Gobierno en el sistema democratico frances.
Una cuestión clave es si la alianza de izquierda, que reúne a la izquierda dura, Verdes y Socialistas se mantendrá unida y se pondrá de acuerdo sobre qué rumbo tomar.
El resultado de ayer dista mucho de lo que paso la semana pasada cuando el RN, triunfo con poco más del 30 por ciento de los votos.sin embargo el notable incremento de la participación de los votantes de un domingo al otro significo el fin del festejo de la ultraderecha que temirno confinada al tercer lugar.
En su primera reacción, el líder de RN, Jordan Bardella, calificó la cooperación entre las fuerzas contrarias a su partido, conocida como "frente republicano", de "alianza vergonzosa" que, según dijo, paralizaría Francia.
“Victoria retrasada”
Marine Le Pen, que será la candidata del partido a las elecciones presidenciales de 2027, dijo que los comicios del domingo, en los que RN obtuvo importantes avances en comparación con elecciones anteriores, habían sembrado las semillas para el futuro. "Nuestra victoria sólo se ha retrasado", afirmó.
Mientras tanto gritos de alegría y lágrimas de alivio estallaron en varias concentraciones en París y varias ciudades francesas cuando se anunciaron las proyecciones de voto. En la sede de los Verdes, los militantes gritaron de alegría, abrazándose unos a otros.
"Estoy aliviado. Como franco-marroquí, médico, activista ecologista, lo que proponía hacer la extrema derecha como Gobierno era una locura", expresó Hafsah Hachad, de 34 años, en una de las manifestaciones según la agencia Reuters.
En el entorno de Macron la sensación era unanime, "La pregunta que vamos a tener que hacernos esta noche y en los próximos días es: ¿qué coalición es capaz de alcanzar los 289 escaños para gobernar?", dijo también a Reuters una dirigente de su entorno.
Algunos miembros de su alianza, entre ellos el ex primer ministro Edouard Philippe, prevén una amplia alianza entre partidos, pero afirman que no podría incluir a la extrema izquierda de Francia Insumisa.
En la izquierda más moderada, Raphael Glucksmann, del Partido Socialista, instó a sus socios de alianza a actuar como "adultos". "Vamos por delante, pero estamos en un Parlamento dividido", dijo y agrego "Vamos a tener que hablar, discutir y dialogar".