El restaurante SAVIA Cocina Casarena obtuvo la Medalla de Plata en la categoría “Arquitectura y Paisajes” de los premios “Best Of” de las Grandes Capitales del Vino. Ubicado en la calle Brandsen de Perdriel, su arquitectura está pensada para el nuevo perfil del enoturismo en Mendoza, como una experiencia premium conectada con la naturaleza y el lugar, basada en la sustentabilidad y rodeada de plantas nativas y del alma del terroir de Luján de Cuyo.
SAVIA Cocina Casarena está ubicado en Finca Jamilla, donde también se encuentra Casarena Bodega y Viñedos, y desde sus mesas y terraza se pueden apreciar elementos como la montaña, olivos, acequias, algarrobos, jarilla y cactus. Al mismo tiempo, sus jardines interiores están compuestos por plantas autóctonas.
Claudia Piedrahita, gerente general de Casarena, expresó su “enorme satisfacción por el premio gracias al trabajo de todo el equipo”, y remarcó que “cada cosa fue pensada para que la arquitectura, el arte, el mobiliario, los vinos y la comida sean la expresión del lugar y muestren una amplia conexión con su origen”.
Claudia Piedrahita, gerente general de Casarena
Casarena se declara intérprete y custodio del terroir del Luján de Cuyo, y lo traslada a cada aspecto de SAVIA, desde la arquitectura y la colección de arte local, hasta los ingredientes y concepción de cada plato y cada vino.
El restaurante se ubica detrás de la nave más antigua de la bodega -la cual data de 1937-, construida con grandes muros de adobe y una cubierta de madera y chapa, una construcción de calidad que le ha permitido seguir operativa a lo largo de los años. La construcción actual con grandes muros de tapia y un estilo moderno, se muestra sobria, tranquila, y acompaña con identidad, elegancia y una presencia única.
La génesis y desarrollo de SAVIA estuvieron vinculados con la visión de futuro de Casarena y los valores que la orientan: la conexión con el ecosistema y su cuidado (con conceptos como agricultura regenerativa y sustentabilidad), el trabajo en equipo y el sentido de excelencia, llevados finalmente a la interpretación de un lugar a través del vino y la comida.
La propuesta gastronómica, de la mano de la chef Ailín Rosas y la jefe de cocina, Julieta Argento, pone foco en los productos locales y utiliza una técnica impecable, al tiempo que ofrece una experiencia para los sentidos en un entorno completamente conectado con la naturaleza y el paisaje.
Se trata de un menú de cuatro tiempos, maridado en todos sus pasos con vinos de Casarena. El menú ofrece una técnica muy cuidada, al tiempo que resalta los sabores y enaltece cada ingrediente, haciendo foco en la región y los productos de estación. El trabajo de armonización con los vinos del portfolio es muy cuidadoso para poner el vino en la mesa como un alimento necesario para nutrir el alma y trascender la cultura.
Como parte de esa búsqueda y el reflejo de la identidad de Casarena, los platos toman su inspiración de las fincas Jamilla, Naoki, Owen y Lauren. En el menú actual se destaca la propuesta de postres, cada uno representando una de las fincas, que se puede acompañar con un tradicional espumante o con el vino tinto de cada finca.