Con el objetivo de impulsar acciones ambientales, educativas y sociales, y con un firme compromiso con la innovación e investigación, Bodega Trivento anunció la firma de un convenio de colaboración con el CONICET.
El convenio se centra en investigar las propiedades antitumorales de subproductos derivados de la producción de vino y aceite de oliva. Entre los residuos estudiados destacan:
Este modelo se basa en un enfoque de producción y consumo circular, revalorizando residuos industriales mediante el uso de solventes eutécticos profundos naturales (NADES). Estos solventes ecológicos, compuestos por azúcares, alcoholes, aminoácidos y ácidos orgánicos, ofrecen una alternativa no tóxica a los solventes químicos.
Marcos Jofré, CEO de Trivento, destacó que "Celebramos este acuerdo con el organismo de investigación más importante de Argentina. Es un honor trabajar junto al equipo del CONICET en un proyecto tan noble que añade valor a un subproducto clave de la viticultura, un sector estratégico para la economía nacional".
Por su parte, Walter Manucha, investigador del CONICET y director del Instituto de Medicina y Biología Experimental de Cuyo (IMBECU), enfatizó la relevancia de la colaboración afirmando que "Los acuerdos público-privados en áreas de inversión, capacitación y transferencia son fundamentales para el desarrollo de la ciencia y la tecnología. El potencial del CONICET en el ámbito de la salud es significativo y debe ser comunicado a la sociedad."
Para Trivento, las alianzas estratégicas son cruciales para mejorar el entorno y la sociedad. Mercedes Álvarez, subgerente de Sustentabilidad de la bodega, explicó que "Este proyecto tiene un impacto ambiental, social y económico. Beneficia la salud, promueve la economía circular y pone en valor a una industria clave para la provincia."
Asimismo, Ricardo Masuelli, director del Instituto de Biología Agrícola de Mendoza (IBAM), subrayó el aprovechamiento de los "desechos que usualmente terminan en compostaje para transformarlos en compuestos útiles para la salud humana es un ejemplo del valor que aporta la investigación aplicada."
El equipo a cargo del proyecto está compuesto por especialistas del IMBECU y del IBAM, ambos pertenecientes al CONICET. Mendoza, reconocida por su producción de vino y aceite de oliva, enfrenta un desafío ambiental significativo debido a los residuos generados por estas actividades.
Entre los hallazgos clave, el orujo y el alperujo se identificaron como fuentes de compuestos fenólicos bioactivos con potencial en la prevención de tumores en riñón, colon, mama y próstata, tipos de cáncer de alta incidencia en Argentina.
Constanza López Fontana, investigadora del CONICET, explicó que "Existe una tendencia a buscar compuestos naturales para prevenir enfermedades. Los polifenoles presentes en la uva y la aceituna tienen efectos beneficiosos para la salud."
Finalmente, Joana Boiteux, investigadora del IBAM, destacó la importancia del trabajo interdisciplinario:
"La integración de perspectivas y conocimientos entre el IMBECU y el IBAM ha sido clave para proponer soluciones innovadoras que beneficien a la industria, el medio ambiente y la población en general."
Esta alianza entre Trivento y el CONICET pone en evidencia cómo la cooperación entre el sector privado y las instituciones científico-tecnológicas puede generar soluciones innovadoras con un impacto positivo en la salud, el ambiente y la economía.