El primer año de gestión del presidente Javier Milei ha dejado una marca significativa en los salarios y las jubilaciones en Argentina, configurando un escenario económico profundamente desafiante para los sectores más vulnerables. Un informe del Mirador de la Actualidad, el Trabajo y la Economía (Mate) destaca que las medidas económicas implementadas por el gobierno generaron una transferencia de 19,2 billones de pesos desde los trabajadores hacia el capital, evidenciando una caída promedio del 12% en el poder adquisitivo de los asalariados registrados y de hasta el 25% en el caso de los jubilados.
El gobierno de Milei impulsó una serie de políticas, como la devaluación de diciembre, ajustes fiscales, aumentos de tarifas y reformas laborales y jubilatorias, que consolidaron una distribución de ingresos más regresiva. Estas medidas contribuyeron a una inflación anual del 166%, la más alta desde la post-hiperinflación de los años ochenta, a pesar de una desaceleración en los últimos meses gracias a la estabilidad del tipo de cambio y la caída de precios internacionales.
La pérdida del poder adquisitivo golpeó especialmente a los trabajadores del sector público, que vieron una reducción del 22%, frente al 7% en el sector privado. En términos monetarios, cada empleado público perdió en promedio 3.314.736 pesos, mientras que los trabajadores privados experimentaron una disminución de 1.099.769 pesosen sus ingresos anuales.
El salario mínimo, vital y móvil también alcanzó su punto más bajo en dos décadas, cubriendo solo el 22% de la Canasta Básica Total (CBT), en contraste con el 50% que representaba en 2015. Este deterioro evidencia cómo los ingresos esenciales se han visto erosionados, agravando la situación de pobreza.
El sector de los jubilados sufrió un ajuste drástico, con una disminución de entre el 20% y el 25% en sus haberes respecto al año anterior. En promedio, cada jubilado perdió alrededor de 2 millones de pesos, debido principalmente al congelamiento del bono para jubilaciones mínimas y otras medidas de ajuste fiscal. Este recorte contribuyó con 7,9 billones de pesos al ahorro fiscal, evidenciando cómo las políticas económicas priorizaron el equilibrio presupuestario a costa del bienestar de los jubilados.
El total de ingresos transferidos durante el año alcanzó los 27,3 billones pesos . Esta cifra incluyó pérdidas de 6 billones en aportes y contribuciones al Estado, y de 1,7 billones y 377.000 millones para obras sociales y sindicatos, respectivamente. En paralelo, el Banco Central mantuvo una gestión activa para estabilizar el mercado cambiario, pero las reservas netas cerraron el año en niveles críticos, poniendo en evidencia la fragilidad de la estabilidad cambiaria.
Aunque el segundo trimestre de 2024 registró una leve recuperación salarial, esta no fue suficiente para revertir la tendencia de largo plazo hacia una economía más desigual. La distribución regresiva del ingreso y las tensiones cambiarias acumuladas plantean un panorama incierto para 2025. La limitada capacidad del Banco Central para intervenir en el mercado cambiario y la continuación de políticas ortodoxas sugieren que los desafíos económicos persistirán.
El primer año de gestión de Javier Milei ha tenido un impacto sin precedentes en los salarios y jubilaciones en Argentina, consolidando una distribución de ingresos regresiva que ha afectado de manera desproporcionada a los sectores más vulnerables. Mientras la élite política y económica celebra los beneficios obtenidos, los trabajadores y jubilados enfrentan una pérdida sustancial de poder adquisitivo. Este escenario exige un debate profundo sobre la necesidad de políticas más equitativas que prioricen el bienestar de la población.