11/03/2025 - Edición Nº342

Economía

Vino Argentino

El INV aprueba la fermentación diferida: ¿Una oportunidad o una amenaza para la vitivinicultura argentina?

26/02/2025 | El INV aprobó la fermentación diferida, una medida que divide al sector vitivinícola. Descubre los beneficios, críticas y cómo impacta a productores y bodegas en Argentina.



El Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) ha generado un intenso debate en el sector vitivinícola tras aprobar, mediante la Resolución 06/2025, la práctica de la fermentación alcohólica diferida. Esta medida, que permite la fermentación de mostos en cualquier momento del año, ha dividido a productores y bodegas, abriendo una nueva grieta en una industria que ya enfrenta desafíos económicos y comerciales.

¿Qué implica la fermentación diferida?

La nueva resolución del INV autoriza la fermentación de mosto virgen y mosto sulfitado desulfitado, conservado mediante métodos físicos y químicos, en cualquier época del año. Sin embargo, esta práctica solo estará permitida para vinos destinados al mercado interno, excluyendo aquellos que se exporten. Según Abel Chicone, vicepresidente del INV, esta flexibilidad permitirá a las bodegas ofrecer vinos jóvenes, especialmente blancos, durante todo el año, mejorando la disponibilidad y calidad de los productos.

Para los industriales, la fermentación diferida representa una oportunidad para descomprimir la carga operativa durante la vendimia, permitiendo una planificación más eficiente de la producción. Además, les brinda la posibilidad de adaptarse a las condiciones del mercado, decidiendo cuándo fermentar los mostos en función de la demanda y los precios.

Beneficios y oportunidades

Alejandro Vigil, reconocido enólogo y titular de WofA, ha respaldado la medida, argumentando que la fermentación diferida es una herramienta necesaria para competir en el mercado global. "Todo lo que nos dé mayores herramientas para competir con el mundo, viene perfecto", afirmó Vigil. En la misma línea, Rogelio Rabino, director enológico de Finca Flichman, destacó que esta práctica es común en países como Portugal, donde se utiliza para producir vinos económicos y de alta demanda, como el famoso Mateus.

Para las bodegas, la fermentación diferida no solo significa una mayor flexibilidad en la producción, sino también la posibilidad de mantener vinos frescos y de calidad durante todo el año, lo que podría impulsar las ventas en un mercado interno que actualmente enfrenta una caída en el consumo.

El INV autorizo la elaboración de vinos a partir de la fermentación diferida de mostosEl INV autorizo la elaboración de vinos a partir de la fermentación diferida de mostos

Críticas y preocupaciones

Sin embargo, la medida no ha estado exenta de controversias. Desde el sector de los productores primarios, la resolución ha sido recibida con escepticismo y rechazo. Martín Hinojosa, ex presidente del INV y titular de una bodega familiar en el Valle de Uco, expresó su preocupación por el impacto que esta medida podría tener en los precios de la uva y en la rentabilidad de los productores. "Si lo que estás queriendo hacer es flexibilizar, ¿por qué no podrías exportarlo?", cuestionó Hinojosa, refiriéndose a la limitación de la resolución al mercado interno.

La Asociación de Viñateros de Mendoza también ha manifestado su rechazo, argumentando que la medida podría desequilibrar el mercado y beneficiar a especuladores en detrimento de los productores. Sebastián Lafalla, referente de productores del Valle de Uco, advirtió que la fermentación diferida podría llevar a la industrialización del vino, perdiendo la autenticidad que caracteriza al producto argentino. "Si aceptamos la fermentación diferida de mostos, pasaremos a tener fábricas de vino, como las de gaseosa", afirmó Lafalla.

Cuestionamientos legales y técnicos

Además de las críticas económicas, la resolución también ha sido cuestionada desde el punto de vista legal y técnico. Sergio Villanueva, gerente de la Unión Vitivinícola Argentina, señaló que la medida es "objetable jurídicamente", ya que la Ley de Vinos argentina establece que el vino debe ser el producto de la fermentación de uvas frescas. Villanueva también destacó que la resolución genera incertidumbre en un sector que ya enfrenta un exceso de stock, lo que podría afectar los precios del vino y la estabilidad del mercado.

Consecuencias en plena vendimia

La temporalidad de la resolución también ha sido objeto de críticas. En plena vendimia, la medida ha generado tensiones en un momento clave para los productores, afectando los precios de las uvas y la rentabilidad de la cosecha. A días de la Fiesta Nacional de la Vendimia, la decisión del INV ha añadido un nuevo elemento de controversia en un sector que ya enfrenta desafíos significativos.

¿Hacia dónde va la vitivinicultura argentina?

La aprobación de la fermentación diferida por parte del INV ha abierto un debate profundo sobre el futuro de la vitivinicultura argentina. Mientras algunos ven en esta medida una oportunidad para modernizar la industria y adaptarse a las demandas del mercado, otros la perciben como una amenaza a la autenticidad y calidad del vino argentino.

Lo que está claro es que, en un contexto de caída del consumo interno y desafíos en la exportación, el sector necesita encontrar soluciones innovadoras que equilibren los intereses de productores, bodegas y consumidores. La fermentación diferida podría ser una herramienta útil, pero su implementación requerirá un diálogo abierto y transparente entre todos los actores involucrados para garantizar que beneficie a toda la cadena productiva.

Mientras tanto, la polémica continúa, y el sector vitivinícola argentino se prepara para enfrentar los desafíos de un mercado en constante evolución.