El único avance que tuvo la idea ferroviaria es que un par de cámaras empresarias, un par de gobernadores y el titular de YPF manifestaron su apoyo o expresaron que les parece bien.
Obviamente no hay un solo papel oficial o algo que indique que el proyecto puede ser de interés para el Gobierno argentino que además sabemos durante esta gestión sería incapaz por precepto religioso de invertir un solo dólar en una obra de infraestructura de este tipo, que contemplaría tender 1200 km de vías de trocha ancha y una inversión superior a los 1500 millones de dólares como piso.
El proyecto Meridiano 68, bautizado así por su ubicación entre los 68° de longitud oeste, prevé tender 1.200 km de trocha ancha que unirían el corazón minero de Cuyo con Añelo, en Neuquén, epicentro del yacimiento Vaca Muerta. Declarado de interés provincial por San Juan y con algunos apoyos empresariales el proyecto sería la alternativa más eficiente para abaratar costos logísticos, descongestionar rutas y dinamizar las exportaciones de hidrocarburos y productos regionales. Pero se debe remarcar: sería.
El sueño de un tren que una mineria y petroleo
Origen y motivaciones
La explosión de Vaca Muerta puso de manifiesto la insuficiencia de la red vial existente. Cada pozo horizontal demanda cerca de 10.000 toneladas de arena sílice, cuyo transporte en camión desde canteras ubicadas a más de 1.000 km encarece hasta en un 50 % el costo final del insumo. Entre otras cientas de necesidades logísticas.
La falta de infraestructura y la falta de proyectos del Estado para llevarla a cabo es uno de los tantos ítems que se añade a la lista de justificaciones que esgrimen las empresas internacionales que están abandonando Vaca Muerta.
La ONG Instituto Argentino de Ferrocarriles (IAF) diseñó el “Plan Ferrocarril General San Martín–Meridiano 68”, que aprovecha tramos de vía existentes —adaptándolos a trocha ancha— y contempla la construcción de nuevos ramales donde hoy no hay ferrocarril.
Trenes: El trazado y sus características
El itinerario propuesto arranca en el yacimiento Los Colorados, al sur de San Juan, y recorre hacia el noreste los departamentos de Albardón, Jáchal y Caucete. En Mendoza, la línea se ramifica por General Alvear, cruza el río Atuel y bordea el embalse Agua Escondida hasta alcanzar la orilla del río Colorado. Allí debería levantarse un puente ferroviario para conectar con Neuquén.
Desde la costa del Colorado, el trazado sigue hacia Rincón de los Sauces y finaliza en Añelo.
Si bien la etapa inicial se concentra en los 1.192 km entre San Juan y Añelo, un estudio del IAF plantea extender el corredor hacia Jujuy y Salta, sumando hasta 2.732 km de vías y configurando un gran anillo de trocha ancha en el norte argentino.
Algo que, de solo leerlo, para cualquier argentino solo se puede imaginar como una película de ciencia ficción a pocos días del estreno de El Eternauta.
Beneficios económicos y logísticos
El Proyecto Meridiano 68 tiene un sinnúmero de argumentos a favor como la eficiencia del transporte ferroviario para grandes volúmenes a largas distancias.
En comparación con el camión, el tren ofrece costos unitarios más bajos, menor consumo de combustible y, por ende, una huella de carbono reducida. Según estimaciones, trasladar la arena sílice -necesaria para operar las perforaciones de Vaca Muerta- por ferrocarril podría disminuir hasta un 40 % el costo logístico.
Paralelamente, las economías regionales de Cuyo ganarán competitividad al contar con una vía directa hacia el puerto de Bahía Blanca.
La articulación con el corredor Unión Pacífico en General Alvear podría acortar en 30 horas el trayecto hacia el puerto.
Impacto social y potencial turístico
El proyecto destaca que más allá de la carga minera y agroindustrial, el ferrocarril podría, con ramificaciones, abrir la puerta a un servicio de pasajeros que conecte el Valle de Tulum con enclaves turísticos como el parque Ischigualasto (Valle de la Luna) y el Paso Internacional Agua Negra, rumbo a Chile.
La recuperación de estaciones y ramales inactivos, según el informe, generaría empleo local tanto en la fase de construcción como en la operación y mantenimiento de la línea.

La maqueta del Tren Trasandino y el túnel de baja altura que ilusiono durante años a los mendocinos durante su exhibición en el Aeropuerto.
Desafíos financieros y plazos
El plan requiere una inversión estimada en más de 1.500 millones de dólares como piso solo para la primera etapa.
Solo el presupesto de los estudios de prefactibilidad alcanzan a más de 2 millones de dólares y, por supuesto, no hay proyecto oficial ni ninguna obra ha sido licitada.
En comparación, el corredor Unión Pacífico, con un crédito aprobado en 2019 que sigue demorado por trámites burocráticos y falta de fondos adicionales. El Meridiano 68 enfrenta retos similares: asegurar compromisos de financiamiento de la Nación, provincias, empresas privadas y organismos multilaterales; coordinar acuerdos interprovinciales; y diseñar mecanismos de concesión o participación público-privada que garanticen la ejecución sin que el proyecto quede en promesas ferroviarias.
Toda una maraña de imposible resolución en la Argentina actual, algo que los mendocinos conocemos bien mientras miramos por milésima vez la vetusta maqueta del Tren Trasandino.
Nota originalmente publicada en Sitio Andino