09/05/2025 - Edición Nº401

Economía

Actividad economica

La economía argentina se desacelera tras el repunte: alerta por empleo e inversión

09/05/2025 | Tras un repunte a fines de 2024, la economía argentina se desacelera. El empleo formal cae y la inversión sigue débil. Advierten por falta de reformas estructurales.



Según un informe del IERAL de la Fundación Mediterránea, la economía argentina mostró una recuperación parcial tras la recesión de 2023-2024, con un crecimiento del PBI de entre 5,0% y 6,0% anualizado y desestacionalizado en el cuarto trimestre de 2024 y el primero de 2025. Sin embargo, ya se observan signos de desaceleración.

El informe destaca que, tras un repunte en la segunda mitad de 2024, el ritmo de expansión comenzó a moderarse. Con un "crawl" del 2,0% mensual en el tipo de cambio y una tasa de interés real positiva, el crédito al sector privado creció 5,5% mensual en términos reales hasta marzo, lo que fue clave para salir de la recesión. Aun así, indicadores privados anticipan una caída de actividad en marzo, y el PIB anualizado podría bajar al 3,5% en el segundo y tercer trimestre de 2025.

Este freno, si bien podría aliviar las cuentas externas, también impactará en el empleo, que ya muestra debilidades estructurales.

Desaceleración confirmada por el INDEC

El INDEC confirmó esta tendencia: si bien la industria creció 5,2% interanual en marzo de 2025, se contrajo 4,5% respecto a febrero. En el mismo sentido, la construcción —otro sector clave— aumentó 15,8% interanual, pero bajó 4,1% mensual.

Pese al repunte, el PIB a febrero de 2025 alcanzó recién el pico previo de noviembre de 2017, lo que evidencia la fragilidad del proceso. Además, el crecimiento no es homogéneo: minería e hidrocarburos crecieron 31,6% desde 2017, pero industria, construcción y transporte siguen rezagados.

Productividad en caída y empleo informal en alza

Uno de los datos más preocupantes del informe es la caída de la productividad: en siete años, retrocedió 13,4%, ya que para alcanzar el mismo nivel de actividad de 2017 fue necesario un incremento del 13,3% en el empleo, en su mayoría informal, estatal o cuentapropista. El empleo asalariado privado formal, el más productivo, descendió del 33,1% al 29% del total.

Agroindustria e industria: desafíos estructurales

El repunte del agro se explica más por la superación de la sequía que por mejoras estructurales. La producción de granos lleva 8 años estancada, mientras que en Brasil creció 47% en el mismo período. La presión fiscal, especialmente a través de las retenciones a las exportaciones, limita la competitividad.

En el caso de la industria, los obstáculos son múltiples: competencia asiática, presión impositiva y falta de escala. El IERAL propone reformas impositivas, laborales y comerciales, así como modificar el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) para que incluya a PYMES y sectores agroindustriales.

Construcción: baja inversión y falta de crédito

Aunque cuenta con un régimen laboral más flexible, la construcción enfrenta una inversión históricamente baja. El sector necesita modernizarse y reactivar el crédito hipotecario, lo cual sería posible si se utiliza de forma más activa el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la ANSES como instrumento financiero de segundo piso.
Los datos de la construcción no son buenos

Los datos de la construcción no son buenos

Reformas urgentes o crecimiento insostenible

La Fundación Mediterránea concluye que, aunque se lograron niveles de actividad similares a los de 2017, la baja productividad, la caída del empleo formal y la falta de inversión hacen que el camino hacia un crecimiento sostenido sea inviable sin reformas estructurales profundas. Entre ellas se destacan las vinculadas a productividad, empleo, sistema impositivo e infraestructura.