
Mientras el INDEC reporta una inflación mensual del 2,8% en abril, los datos del Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) indican que los consumidores creen que los precios aumentan al menos al 4,23%. Esta cifra proviene de la tradicional Encuesta de Expectativas de Inflación, realizada entre el 2 y el 12 de mayo sobre una muestra representativa a nivel nacional.
Esta brecha entre la inflación oficial y la percibida por la población refleja una desconfianza sostenida en las estadísticas del Estado y pone en duda la efectividad de los indicadores actuales para reflejar el impacto real en el bolsillo de los argentinos.
El informe también muestra que la inflación esperada para los próximos 12 meses es del 38,8% promedio, aunque la mediana se mantiene en el 30%. Estas cifras representan la más baja desde marzo de 2020, lo que indica una mejora en las expectativas, aunque aún lejos de los valores de países con estabilidad de precios.
Las expectativas bajaron en todas las regiones:
Interior del país: 37,3%
Gran Buenos Aires: 40,8%
Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA): 42,1%
Según distintos analistas privados, uno de los principales motivos detrás de esta brecha entre inflación oficial y percibida es que la canasta de bienes y servicios del IPC está desactualizada. Los patrones de consumo actuales —que incluyen rubros como servicios digitales, internet, suscripciones y alimentos de alta rotación— no están debidamente ponderados en el índice oficial, basado aún en hábitos de consumo de hace más de 20 años.
Esto genera una subestimación del verdadero impacto inflacionario, especialmente en hogares de clase media urbana.
El estudio de la UTDT también confirma que la percepción de inflación varía por nivel socioeconómico:
Hogares con mayores ingresos esperan una inflación del 37,7%.
Hogares de menores ingresos, un 41%.
Esta diferencia se amplió respecto al mes anterior. Además, se observan diferencias regionales marcadas: el Interior del país es la zona con menor percepción de inflación, mientras que CABA sigue mostrando las cifras más altas.
Desde mayo de 2023, la encuesta del CIF incluye una pregunta sobre la inflación esperada a 30 días, que tiene mayor tasa de respuesta que la medición anual. En mayo, el promedio se ubicó en 4,23%, con una mediana del 3%. Esta cifra muestra una leve mejora respecto a abril, pero sigue lejos del dato oficial.
Este dato de corto plazo es relevante porque capta mejor los cambios recientes en los precios que afectan directamente al consumidor argentino.
Aunque el INDEC muestra una inflación en baja, los consumidores aún no sienten esa mejora en su vida diaria. La percepción de inflación alta persiste, alimentada por una desactualización del IPC, una falta de credibilidad estadística y una alta sensibilidad al aumento de servicios y productos básicos.
Para cerrar la brecha entre la inflación oficial y la inflación percibida, será necesario revisar la canasta del INDEC, mejorar la transparencia de los datos, y sobre todo, lograr que las estadísticas vuelvan a ser creíbles para el ciudadano común.