31/07/2025 - Edición Nº484

Economía

endeudamiento y crisis

El ajuste de Milei tensiona la economía real: más endeudamiento, menos crédito y caída del consumo

05/06/2025 | El ajuste fiscal impacta en la economía argentina con más endeudamiento, alza de la morosidad y menor acceso al crédito. El consumo y la producción en retroceso.



Los contrastes entre el discurso oficial y la realidad económica de la Argentina se vuelven cada día más evidentes. Mientras el presidente Javier Milei celebra la desaceleración de la inflación y un superávit fiscal como ejes de su política económica, diversos indicadores financieros muestran los costos sociales y productivos del ajuste en marcha.

El sistema bancario comienza a reflejar con fuerza el impacto del deterioro del poder adquisitivo y la contracción de la actividad. Según datos recientes del Banco Central de la República Argentina (BCRA), a los que accedió Bloomberg, la morosidad en tarjetas de crédito alcanzó en marzo el nivel más alto en tres años. En paralelo, los préstamos personales mostraron una tasa de mora del 4,1%, el mayor registro en nueve meses.

Estos datos reflejan un proceso de endeudamiento creciente en los hogares, alimentado por salarios reales estancados, inflación de dos dígitos y pérdida del poder de compra. El crédito, lejos de expandirse, se vuelve más inaccesible para la mayoría de la población.


Aumenta la morosidad y se multiplican los cheques rechazados

El sistema financiero no solo registra más dificultades en el segmento de consumo, sino también en el ámbito empresarial. En abril, los cheques rechazados superaron los 64.000 documentos, marcando un récord desde la pandemia de 2020, con una tasa del 1,3% sobre el total compensado.

Además, crecen los cargos por deuda incobrable en los balances bancarios, lo que evidencia problemas para recuperar los créditos otorgados. Esta situación compromete la rentabilidad del sistema financiero y plantea un riesgo creciente de crisis de pagos.

Para Gastón Rossi, director del Banco Ciudad, se trata de “una luz amarilla” para la economía argentina. En declaraciones periodísticas, advirtió: “La cobranza de los créditos se está volviendo más pesada”, y llamó a no subestimar estas señales en un contexto de ajuste fiscal sostenido.


El crédito empresarial se frena y crece el riesgo financiero

La contracción también se siente con fuerza en el sector productivo. Sectores clave como la construcción, el comercio minorista, la industria y el entretenimiento reportan dificultades crecientes para acceder al financiamiento. Muchas empresas que solían operar con créditos en pesos o instrumentos atados al tipo de cambio oficial ya no encuentran condiciones viables en los mercados de capitales.

El levantamiento parcial de los controles cambiarios, impulsado por la actual gestión, cambió el perfil del inversor local, que ahora opta por dolarizar su cartera. Esto genera menos apetito por deuda corporativa, lo que a su vez reduce la liquidez, encarece el financiamiento y eleva el riesgo de default en el ámbito privado.

En los últimos meses se multiplicaron los casos de empresas con dificultades para afrontar pagos. Entre los más destacados:

  • Albanesi SA no cumplió con el pago de intereses.

  • Celulosa Argentina SA advirtió sobre una posible cesación de pagos.

  • San Miguel AGICI, dedicada a los cítricos, anuló una emisión de deuda el 13 de mayo.

  • Aconcagua Energía intentó obtener financiamiento externo por US$250 millones, pero no logró colocarlo por falta de demanda.


Crece a niveles de pandemia la cantidad de cheques rechazadosCrece a niveles de pandemia la cantidad de cheques rechazados

La recesión se extiende a pymes y sectores sensibles

Más allá de los grandes jugadores, el ajuste también golpea a pymes y empresas medianas, afectadas por la caída del consumo interno, el freno de la obra pública y el encarecimiento del financiamiento. La crisis en la cadena de pagos alcanza a firmas de alimentos como Lácteos Verónica y Tía Maruca, entre muchas otras de diversos rubros.

La estrategia de ajuste fiscal adoptada por el Gobierno se basa en reducir al máximo el déficit, aun a costa de frenar la actividad. “El Gobierno se enfrenta a una difícil elección: estabilizar o estimular”, sostiene Rossi. “Ha optado por reducir la inflación lo antes posible, incluso si eso implica que los salarios reales se estanquen o bajen”.

Sin medidas que sostengan el consumo o el crédito, el riesgo es que el país entre en una recesión prolongada, sin motores claros de recuperación. El objetivo de “aniquilar la inflación” se cumple, pero a costa de una economía real debilitada, con caída del empleo, reducción del consumo y freno en la inversión.

En ese contexto, muchos economistas advierten que se está ingresando en lo que llaman “la paz de los cementerios”: una estabilidad de precios lograda, pero en un entorno de actividad económica deprimida y malestar social creciente.