
Desde 2022, la Federación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Fecovita), uno de los actores centrales del complejo vitivinícola argentino, se encuentra inmersa en un conflicto judicial de proporciones considerables con la firma española registrada en Eslovaquia IBERTE SRO.
El diferendo, que involucra acusaciones cruzadas, reclamos millonarios y cuestionamientos sobre la solvencia y las prácticas comerciales de ambas partes, se ha convertido en uno de los casos más resonantes del sector agroindustrial nacional.
La controversia gira en torno a la fallida experiencia conjunta en Exportadora Vitivinícola S.A. (EVISA), creada en 2021 con el objetivo de conquistar mercados en Europa del Este. Durante la gestión de Eduardo Sancho como presidente de Fecovita, se acordó con IBERTE la creación de esa sociedad con participación compartida y el objetivo de exportar vinos y mostos. Pero las diferencias emergieron pronto. Según Fecovita, IBERTE comenzó a operar por fuera del marco de EVISA, utilizando contactos comerciales propios de la cooperativa en otros mercados, como el estadounidense.
La relación se deterioró rápidamente y culminó con la disolución formal de la sociedad el 13 de octubre de 2022. Desde entonces, las interpretaciones encontradas sobre los saldos finales y el cumplimiento de compromisos derivaron en una escalada judicial. En 2023, IBERTE presentó ante la justicia mendocina un pedido de quiebra contra Fecovita por una supuesta deuda de hasta 50 millones de dólares, que fue rechazado por el juzgado interviniente por falta de pruebas.
“El juicio no debería haberse iniciado, ni siquiera. No entendemos cómo lleva ya dos años. En otros lugares, un juicio de este tipo no tarda más de tres o cuatro meses”, cuestionó Rubén Panella, actual presidente del Directorio de Fecovita. Según el dirigente, ATM ya determinó que las tasas judiciales están impagas en más del 90%, y que incluso se aplicó una multa superior a los 300 millones de pesos por esa maniobra. “Nosotros estimamos que el monto real es aún mayor”, agregó.
Con el objetivo de defender su posición pública e institucional, Fecovita difundió recientemente un documento titulado “Derribando mentiras”, donde refuta lo que califica como “nueve falsedades fundamentales” sostenidas por IBERTE. La publicación reconstruye los hechos desde la óptica de la cooperativa, con documentación contable, actas notariales y peritajes externos.
Uno de los ejes de la defensa consiste en afirmar que Fecovita no es deudora, sino acreedora. Según sus registros, IBERTE aportó 31,7 millones de dólares, pero Fecovita entregó producto por 15,5 millones, además de aplicar penalidades por incumplimientos y mercadería impaga que elevarían el saldo a favor de la cooperativa a 18,3 millones de dólares.
“Nosotros entregamos 9.600 toneladas de mosto y 17 millones de litros de vino, todo lo que nos pidieron. No hubo ningún recorte. Los contratos hablaban de 5.000 toneladas de mosto y entregamos casi el doble. En vino eran 2 millones mensuales, y se cumplieron”, explicó Panella. “Y esa mercadería, ellos no la pagaron”, remató.
Además, la cooperativa afirma que entregó en consignación más de 22 millones de dólares en producto, y que en todas las instancias figura como acreedora neta.
Uno de los documentos más controvertidos del caso es el acuerdo de disolución firmado el 13 de octubre de 2022. La fiscalía que investiga el conflicto se basó en dos cláusulas del convenio, que darían cuenta de una deuda de Fecovita en concepto de producto no entregado. Pero la cooperativa sostiene que el análisis es parcial, y que otras cláusulas establecen compensaciones y descuentos, con un resultado final favorable a Fecovita por más de 4.391 millones de pesos.
Respecto a la entrega de Bodega Resero, otro eje del conflicto, Panella afirmó: “En los papeles que entregamos a la prensa está el acta notarial de entrega del bien, y también las actas de asamblea de EVISA, donde Guillermo García aprueba tanto la entrada como la salida de Fecovita. Ellos dicen que no tenían poder de decisión, pero había un acuerdo de supermayoría, podían vetar si querían, y no lo hicieron”.
Otro eje central del informe es el cuestionamiento a la solvencia de IBERTE. Fecovita presentó informes de la aseguradora ECOFACI, que rebajó su calificación a nivel 3 —riesgo altísimo— por reducción de capital y falta de fondos. “Buscamos el balance 2023 de Iberte y no aparece por ningún lado. El último disponible es el de 2022”, dijo Panella.
La cooperativa denuncia que IBERTE no tiene oficinas reales en su domicilio declarado, posee un solo empleado (Guillermo García), y que la firma fue descertificada como sujeto de riesgo asegurado para exportaciones. “Estamos hablando de una empresa que dice que va a invertir mil millones de dólares en San Juan, pero ni siquiera tiene datos para que una aseguradora internacional la califique”, ironizó el presidente de Fecovita.
Actualmente, la disputa se encuentra en plena etapa arbitral ante la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. Ambas partes acordaron que la consultora internacional Ernst & Young realice una pericia contable, cuyo dictamen será clave para la resolución del caso. “La pericia debería terminar en cinco o seis meses. El fallo del tribunal arbitral podría conocerse a principios de 2026”, anticipó Panella. “Y estamos convencidos de que se va a probar que Iberte nos debe a nosotros. No hay posibilidad de estafa de nuestra parte”.
En paralelo, la justicia penal también interviene. En Buenos Aires existen imputaciones por estafa contra García y Retamero, mientras que en San Juan se tramita una causa por presunto contrabando de vino. Asimismo, IBERTE enfrenta cuestionamientos por el incumplimiento de sus obligaciones fiscales y societarias.
La dimensión del conflicto excede a las partes involucradas. Fecovita representa a más de 5.000 productores, controla el 30% del mercado interno de vinos y es el mayor exportador de vino a granel del país. El litigio pone en juego no solo activos y fondos, sino también la reputación institucional de una de las cooperativas más importantes del agro argentino.
Panella defendió la solidez de la institución: “Fecovita está en situación uno en todos los bancos. Pagamos sueldos y a los productores al día. Tenemos más crédito del que necesitamos, salvo en el Banco Nación. Nuestra situación financiera es sólida y con buena liquidez”.
La cooperativa denuncia haber sido víctima de una maniobra extorsiva, basada en falsedades documentales y tergiversación de contratos, con el objetivo de dañar su credibilidad ante bancos, socios y organismos públicos.