01/08/2025 - Edición Nº485

Economía

Plan Económico

Javier Milei y las retenciones: una medida de corto plazo que desnuda el modelo

28/07/2025 | Javier Milei rebajó parcialmente las retenciones agrícolas, exponiendo la tensión entre su discurso radical y la necesidad de ajustes en el modelo económico.


por Redacción Mendoza Económico


El discurso pronunciado el pasado sábado en el predio de la Sociedad Rural Argentina por el presidente Javier Milei trascendió la mera exposición de anuncios económicos y dejó en evidencia la tensión permanente entre su discurso radical contra el “Estado gorrón” y la necesidad de recurrir a intervenciones de mercado para sostener la estabilidad cambiaria. Lejos de la promesa de abolición total de las retenciones, el Gobierno terminó adoptando un recorte parcial que revela tanto la fuerza del lobby agropecuario como las limitaciones políticas de una gestión confrontativa.

Pero también un grado importante de improvisación, el famoso "vamos viendo". A tal punto que este lunes no aparece publicado ningún acto administrativo que convalide los anuncios del Presidente el último sábado.

De la eliminación total a la reducción simbólica

En los días previos se había especulado con la supresión completa de los derechos de exportación sobre carne de novillo y ternera, a fin de diferenciarla de la carne de vaca de menor calidad, que ya contaba con retención cero. Sin embargo, el resultado fue una rebaja genérica de las alícuotas: para carne aviar y vacuna, del 6,75 % al 5 %; para maíz y sorgo, del 12 % al 9,5 %; para girasol, del 7,5 % al 5,5 %; y para soja y sus subproductos, del 33 % al 26 % y del 31 % al 24,5 %, respectivamente. Este ajuste, equivalente a una quinta parte de la tasa original, contrasta con el ahínco discursivo anti‑impositivo que Milei exhibe como piedra angular de su campaña contra el gasto público.

Entre el discurso y la práctica: la intervención cambiaria vuelve


A pesar de su retórica de “libre mercado a toda prueba”, el Gobierno ha debido recurrir en las últimas semanas a intervenciones en el mercado de futuros, a la reintroducción de pasivos remunerados en el Banco Central y a subas de tasas de interés, con el fin de conjurar el ascenso del dólar más allá del techo de la banda fijada con el FMI. Esa contradicción entre el radicalismo oral y la necesidad de medidas heterodoxas para evitar un salto cambiario grave expone la fragilidad del modelo puro que Milei pregona.

La lógica política detrás del recorte


El retroceso en chancletas, como definieron algunos analistas, obedece en buena medida a dos factores: el peso del sector agroexportador en términos de generación de divisas —que concentra sin reserva alrededor de USD 15.000 millones de granos por temporada— y la urgencia de obtener un balón de oxígeno fiscal previo a las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre y las nacionales del 26 de octubre. El recorte de retenciones busca movilizar cereales y oleaginosas retenidos en silobolsas hacia el mercado, inyectando liquidez de corto plazo que, según el Gobierno, reforzaría las reservas y permitiría posponer ajustes más drásticos.

Impacto fiscal y riesgo recesivo

El economista Fernando Marull estima que la reducción de alícuotas erosionará 0,1 % del PBI en lo que resta de 2025 y 0,2 % a ritmo anualizado. El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) sitúa ese costo entre 0,19 % y 0,22 % del PBI, dependiendo de la evolución del tipo de cambio. En un contexto donde el superávit fiscal —castigado ya por el pago creciente de intereses— es la principal credencial frente al FMI y al establishment, cualquier merma en la recaudación supone el riesgo de desbordar el control monetario o, alternativamente, profundizar la recesión mediante tasas extremadamente altas.

La trampa distributiva: jubilados versus agroexportadores

Quizá el aspecto más revelador de este episodio es la selectividad en la que decide “aliviar la tijera”. Mientras los jubilados, las personas con discapacidad, los docentes y el personal de salud sufren recortes o promesas incumplidas, al campo se le otorga una rebaja tributaria además acompañada de nombres: Carlos Curci, vocero de la SRA, acaba de asumir como interventor de los medios públicos, una jugada que refuerza la idea de que el agronegocio no solo es un actor económico sino un actor de poder político. Esa dualidad de criterios expone la asimetría que adopta el Gobierno para dirimir quiénes merecen la protección estatal y quiénes no.

Javier Milei recibido efusivamente por los asistentes a La RuralJavier Milei recibido efusivamente por los asistentes a La Rural

La metáfora de Napoleón y la desnudez del modelo

No fue casual que Milei ilustrara su imagen con un cuadro de Paul Delaroche que recrea la abdicación de Napoleón en Fontainebleau: un gesto grandilocuente que, sin embargo, contrasta con la necesidad de “volver al redil” cuando las circunstancias lo exigen. La reforma de retenciones se torna así en una de esas revelaciones de la desnudez del proyecto político, del choque entre la pureza ideológica y la complejidad de gobernar un país con limitada capacidad de autofinanciarse.

Decisiones que definen modelos

En última instancia, la reducción parcial de retenciones es una decisión que habla más de la resistencia al cambio estructural que de un genuino avance hacia un Estado mínimo. Al resignar parte importante de la recaudación, el Gobierno apuesta a una ingeniería que compensaría el impacto vía mayor actividad económica, según sus voceros. Pero deja sin respuesta la pregunta de por qué esa ingeniosa gestión no se aplica a quienes, con menor poder de lobby, también podrían dinamizar el consumo y robustecer la recaudación vía salarios. En la disputa entre “retenciones buenas” y “retenciones malas”, lo que se pone en juego no es solo la política tributaria, sino el fundamento mismo del modelo en ciernes: qué sectores forman parte de la comunidad nacional y quiénes quedan fuera del paraguas distributivo.