16/08/2025 - Edición Nº500

Economía

Tasas y Economía

Bancos, encajes y tasas altas: el desafío de Economía en la licitación de bonos

13/08/2025 | Escasez de pesos, tasas altas y encajes al 40% marcan la licitación clave del Tesoro. El Gobierno busca renovar $15 billones en un mercado con liquidez restringida y riesgo creciente.


por Claudio Alvarez / Redacción Mendoza Economico


En apenas un mes, la frase fundacional del Gobierno -“no hay plata”- derivó en una advertencia más precisa: “no hay pesos”. La contracción de liquidez, producto del cambio de esquema monetario, se ha convertido en el principal foco de tensión para el mercado y las entidades financieras, que reclaman licitaciones más frecuentes y una mayor presencia del Banco Central para contener la volatilidad de las tasas de interés.

La estrategia oficial acumula semanas de tasas positivas elevadas. El viernes pasado, la tasa mayorista de plazos fijos alcanzó el 43,75%, mientras que la caución más corta rozó el 44% (TNA). Desde el Ministerio de Economía, la consigna es clara: los bancos deben “volver a trabajar de bancos”, es decir, destinar sus recursos al crédito y a la dinamización de la economía. Como parte de esa lógica, el Banco Central dejó de remunerar la liquidez excedente.

El ministro de Economía, Luis Caputo, reconoció que el nuevo sistema exige una adaptación: “Los que trabajan en los bancos no vivieron este esquema. Antes tenían liquidez remunerada y disponible en cualquier momento; ahora deben decidir cuándo encajar y cuándo no”. Sin embargo, en la práctica, el sistema continúa ofreciendo incentivos: cuando las entidades deciden quedarse con liquidez y el dólar comienza a moverse, el BCRA responde incrementando los encajes.

Un mercado en guardia

En la última licitación de deuda, los bancos decidieron no renovar todos los vencimientos. Este comportamiento podría repetirse hoy, cuando el Tesoro busque refinanciar 13,8 billones de pesos, en medio del esfuerzo de las entidades por reunir fondos para cumplir con el aumento de encajes al 40% dispuesto por la autoridad monetaria.

El sector bancario admite que se trata de una nueva etapa, pero plantea dos reclamos:

  • Licitaciones del Tesoro más frecuentes —en lugar de cada quince días— para gestionar mejor la liquidez.

  • Mayor intervención del Banco Central en operaciones de mercado.

“Licitar más seguido daría previsibilidad”, señala un alto ejecutivo de la plaza. El argumento es que, en este nuevo contexto, las entidades enfrentan mayor riesgo, lo que obliga a conservar más liquidez, en abierta contradicción con la expectativa oficial de que esos fondos se canalicen al crédito.

La jornada de hoy es decisiva: el Tesoro intentará captar 15 billones de pesos de los 23 billones que deberá renovar en agosto. En la City, se descuenta que Economía convalidará una nueva suba de tasas. Algunos operadores estiman que será difícil renovar por debajo de 55 puntos, un nivel que podría dar otro golpe a una actividad económica que ya muestra signos de parálisis.

El Gobierno busca seguir sacando pesos de plaza sin importar el costo
El Gobierno busca seguir sacando pesos de plaza sin importar el costo

Crédito privado bajo presión

El panorama para el financiamiento privado es poco alentador. Las tasas activas se mantienen elevadas y la morosidad crece, desincentivando la oferta de crédito. En julio, el stock de préstamos con tarjeta de crédito bajó de 18,73 billones a 18,70 billones de pesos, reflejando consumidores al límite de su capacidad. La tasa de mora se duplicó.

Frente a este escenario, los bancos han comenzado a reducir límites de crédito a clientes en mora hasta que regularicen su situación. También se observa un incremento en la modalidad “revolving”, en la que el cliente paga solo el mínimo de la tarjeta. “A ese se le mantiene el límite, pero es cuestión de tiempo hasta que deje de pagar”, reconocen en el sector.

El pago del medio aguinaldo en julio dio un alivio temporal a la mora, pero las entidades prevén que la tendencia ascendente se retomará este mes. Con un crecimiento real del 120% en préstamos personales y tarjetas en los últimos quince meses, y con ingresos estancados, la suba en la morosidad era previsible.

Consumo en retroceso

Según la consultora LCG, la desaceleración del crédito al consumo sugiere que los hogares están llegando a un límite en su capacidad de financiamiento. Esto pone en duda su rol como sostén de la demanda en los próximos meses. El aumento de la morosidad familiar se combina con el desafío de operar con tasas altas y liquidez restringida.

En este contexto, la consigna oficial de “volver a trabajar de bancos” choca con una realidad más compleja: el encarecimiento del dinero, mayores riesgos crediticios y un consumo en caída. Así, el país enfrenta no solo la escasez de dólares, sino también la falta de pesos, mientras el Gobierno sigue necesitando que las entidades financieras le presten a tasas crecientes para evitar que la liquidez presione sobre el tipo de cambio y, desde allí, sobre la inflación. Al menos, hasta octubre.

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