
Los principales bancos de Argentina, como el Banco Nación, están lanzando y fortaleciendo líneas de crédito específicas para la compra de materiales aislantes térmicos destinados a la construcción y refacción de viviendas.
La medida busca impulsar el sector de la construcción, promover la eficiencia energética y ofrecer a los hogares la posibilidad de ahorrar hasta un 70% en sus facturas de luz y gas.
“La disponibilidad de estas líneas de crédito representa un estímulo considerable para el sector de la construcción en Argentina”, afirma Javier Maltz, presidente de Andima (Asociación Nacional de Industrias de Materiales Aislantes).
El financiamiento permitirá a particulares y empresas acceder a materiales innovadores y de alta calidad, fomentando prácticas constructivas más sostenibles.
Según Andima, un hogar con aislación térmica eficiente puede ahorrar hasta 35% en consumo energético y reducir hasta 70% las facturas de climatización. El Arq. Federico García Zuñiga destaca que “una vivienda mal aislada puede perder el 40% de la energía por el techo, 30% por muros, 20% por carpinterías y 10% por el piso”.
El Gobierno de la Ciudad también promueve la eficiencia energética, ofreciendo un descuento del 10% en el ABL a quienes logren reducir más del 5% su consumo energético en dos años.
Además del ahorro económico, un buen aislamiento térmico mejora el confort, manteniendo temperaturas estables durante todo el año.
El sector edilicio es responsable de una parte significativa del consumo de energía y de emisiones de CO₂ en Argentina. Programas como el PRONEV (Programa Nacional de Etiquetado de Viviendas) impulsan el uso de criterios de construcción sostenible, donde la aislación térmica es una de las medidas más efectivas.
Entre los materiales más eficientes destacan la lana de vidrio, el poliestireno expandido y el poliuretano, que ofrecen alta resistencia térmica y reducen la transferencia de calor.
Las nuevas líneas de crédito generan ventajas directas para consumidores e industria:
Mayor valor del inmueble gracias a la eficiencia energética.
Menor huella de carbono por reducción de emisiones.
Impulso a la industria nacional, con más producción y empleo.
En conjunto, la sinergia entre el sistema financiero y la construcción coloca a Argentina en un camino más sólido hacia la construcción sustentable, el cuidado ambiental y el ahorro energético.