
por Marcelo López Álvarez
La XV Exposición Internacional del Petróleo y del Gas (AOG Expo 2025) se convirtió esta semana en el epicentro del debate sobre los desafíos y oportunidades de la industria hidrocarburífera argentina. En su segunda jornada, la feria que organiza el Instituto Argentino del Petróleo y del Gas (IAPG) congregó a ejecutivos, especialistas y representantes del sector financiero, quienes coincidieron en la necesidad de potenciar la competitividad, garantizar el financiamiento y fortalecer la infraestructura para consolidar al país como un actor central en el mercado energético global
Uno de los momentos más destacados de la jornada fue el tradicional Encuentro con los CEOs, moderado por el presidente del IAPG, Ernesto López Anadón. Allí, los máximos referentes de compañías multinacionales y nacionales coincidieron en que la cooperación entre operadoras será clave para reducir costos y aprovechar el potencial de Vaca Muerta y otras cuencas.
Martín Rueda, director de Harbour Energy Argentina, recordó que el país concentra el 40% de los recursos con potencial de desarrollo de la compañía. Anticipó que el consorcio Southern Energy permitirá duplicar la producción de gas y que el yacimiento San Roque será decisivo para ampliar la capacidad petrolera.
Por su parte, Ana Simonato, country manager de Chevron, destacó que los activos argentinos cumplen con la estrategia de la firma de producir al máximo potencial y con seguridad. “La roca argentina es extraordinaria pero compleja, y alcanzar costos competitivos requiere un esfuerzo conjunto. Chevron está dispuesta a aportar su know-how”, aseguró.
En la misma línea, Julián Escuder, de Pluspetrol, planteó que el gran desafío es escalar hacia los 100.000 barriles diarios en 2027, meta que depende del desarrollo de los yacimientos La Calera y Bajo del Choique. “Necesitamos financiamiento de largo plazo, por eso recurrimos al mercado de capitales. El año pasado realizamos nuestra primera emisión para obtener recursos”, explicó.
El segundo panel de la tarde giró en torno al rol de la infraestructura. Alejo Calcagno, de Techint Ingeniería y Construcción, puso como ejemplo el Gasoducto Perito Moreno, concluido en apenas diez meses, cuando los plazos habituales se extienden a dieciocho. Señaló que actualmente trabajan en el Oleoducto Vaca Muerta Sur, proyecto que refleja la necesidad de innovación y capacitación permanente.
Carlos Mundín, de BTU, advirtió que la industria demanda equipos multidisciplinarios capaces de abordar proyectos variados con estándares de calidad y plazos ajustados. Pablo Brottier, de SACDE, coincidió en que “la infraestructura está primero”, y valoró la asociación entre empresas como un requisito indispensable para un mercado exportador.
El ciclo Conferencias en la AOG aportó un marco analítico sobre los retos de la economía energética. Allí, la Comisión de Planeamiento y Análisis Económico del IAPG presentó un informe que proyecta que la industria hidrocarburífera podría generar hasta 38.000 millones de dólares anuales en divisas. El estudio, a cargo de Daniel Dreizzen y Milagros Piaggio, advierte que esa meta dependerá de precios internacionales elevados, un desarrollo productivo sostenido y la ejecución de obras de infraestructura como gasoductos y plantas de GNL.
El informe recordó que en 2024, por primera vez en 14 años, la balanza comercial hidrocarburífera cerró con saldo positivo de 3.539 millones de dólares. Sin embargo, también subraya que cerca del 20% de la inversión en capital y el 10% de los costos operativos corresponden a importaciones, lo que reduce el saldo neto de divisas.
Las proyecciones distinguen tres escenarios: en el más conservador, con bajo desarrollo y precios deprimidos, el aporte se limita a 4.000 millones anuales. Con un desarrollo medio y precios moderados, el rango oscila entre 15.000 y 22.000 millones. Finalmente, en el escenario más favorable, el flujo neto podría superar los 38.000 millones de dólares al año.
El tema del financiamiento volvió a aparecer con fuerza en las conferencias. Claudio Zuchovicki, presidente de BYMA, destacó que Vaca Muerta ya posicionó a la Argentina entre los cuatro países que explotaron comercialmente el shale, pero advirtió que para sostener el crecimiento es indispensable multiplicar las fuentes de capital. Propuso avanzar en esquemas de participación público-privada que “saquen al Estado del medio” y faciliten la llegada directa de inversión.
Desde el sistema bancario, representantes del Banco Nación, Banco Comafi y Banco Supervielle coincidieron en que las altas tasas en pesos complican el acceso de las pymes, pero que la industria petrolera, al operar con flujos dolarizados, tiene un margen de ventaja para financiarse en moneda extranjera a tasas más competitivas. Además, destacaron el leasing como una herramienta eficaz para inversiones de largo plazo.
Más allá de los debates, la AOG Expo 2025 también es un espacio de exhibición. La Plaza de Máquinas, organizada por primera vez en Buenos Aires, reunió a 22 compañías que mostraron equipos de gran porte en un espacio abierto de 2.000 metros cuadrados, atrayendo la atención de visitantes y especialistas.
La segunda jornada de la AOG Expo 2025 dejó en claro que el futuro de la industria energética argentina se jugará en tres frentes: competitividad, financiamiento e infraestructura. El potencial de Vaca Muerta y otras cuencas coloca al país en una posición estratégica, pero su aprovechamiento dependerá de decisiones conjuntas entre empresas, Estado y sistema financiero. La promesa de generar hasta 38.000 millones de dólares anuales en divisas convive con los desafíos de acceso a capital, obras de infraestructura y estabilidad macroeconómica. En ese equilibrio se definirá si la Argentina logra consolidar un lugar central en el mapa energético global.