
por Redacción Mendoza Económico
La presión sobre el dólar mayorista volvió a intensificarse en Argentina, a pesar de los esfuerzos del Secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, por sostener el peso argentino. A pocos días de las elecciones 2025, el mercado se mantiene en estado de nerviosismo e incertidumbre, y las señales de devaluación se vuelven cada vez más evidentes.
Este jueves, el dólar mayorista volvió a registrar una suba pese a la intervención del Tesoro estadounidense, que compró pesos por segundo día consecutivo. Si bien el monto exacto no fue informado, las estimaciones privadas lo ubican cerca de US$120 millones. Sin embargo, la demanda de divisas fue tan alta que la operación resultó insuficiente.
Desde JP Morgan advirtieron a sus clientes sobre la posibilidad de una devaluación posterior a los comicios, difundiendo una tabla de escenarios donde todos contemplan distintos grados de ajuste cambiario, dependiendo del resultado electoral.
El secretario Scott Bessent intenta evitar ese desenlace con un rescate financiero de US$40.000 millones, gestionado a través de un acuerdo privado con bancos internacionales. Su objetivo es reforzar las reservas argentinas y sostener el tipo de cambio, pero su estrategia muestra “rendimientos marginales decrecientes”, según Ezequiel Asensio, de Valiant Asset Management.
La expectativa de devaluación se profundizó después de que las tasas de interés a corto plazo alcanzaran el 157%. La política del Gobierno de secar la plaza de pesos para defender el tipo de cambio está provocando una fuerte contracción del crédito, encareciendo el financiamiento de pymes y consumidores, y paralizando sectores productivos clave.
El tipo de cambio oficial se ubica en el mismo nivel que el dólar paralelo de abril, pese a un aumento del 12% en los precios al consumidor durante ese período. Esto refuerza la idea de que el peso argentino se encuentra sobrevaluado y que el atraso cambiario se agrava tras 19 meses de gestión.
Para Javier Timerman, de AdCap Grupo Financiero, la situación recuerda la apuesta de George Soros contra la libra esterlina en 1992, cuando la defensa cambiaria se volvió insostenible. “Los inversores coinciden en que el tipo de cambio debe ajustarse y la economía seguirá estancada mientras se mantengan estas tasas”, sostuvo.
Pese a las señales del mercado, algunos sectores del establishment económico insisten con el riesgo de una futura “enfermedad holandesa” debido a un supuesto exceso de dólares. Sin embargo, esa hipótesis luce inverosímil: para que ello ocurra haría falta un salto en inversión, infraestructura y decisión política que hoy no se observan.
La desconfianza también se reflejó en la última licitación del Tesoro argentino, que solo logró colocar $1,75 billones de los $4,6 billones ofrecidos, alcanzando un rollover de apenas el 45,7%. Ante lo que consideró un nivel de tasas elevado, el Gobierno decidió cancelar deuda a tasa fija, liberando más de $2,1 billones que probablemente se orienten a la compra de dólares.
Según la consultora Equilibra, los ahorristas argentinos estarían adquiriendo alrededor de US$300 millones diarios para cubrirse frente a una eventual devaluación. Por su parte, Max Capital advirtió que las intervenciones del Tesoro redujeron la liquidez y elevaron las tasas overnight por encima del 100%, aunque prevén una leve normalización tras las elecciones del 29 de octubre.