por Redacción Mendoza Económico
El resultado de las elecciones 2025 marcó un punto de inflexión en la política argentina y reconfiguró el escenario económico. La victoria del oficialismo en la provincia de Buenos Aires, luego del revés de dos meses atrás, y los triunfos obtenidos en distintos distritos del país fortalecieron la posición del Gobierno y reactivaron las expectativas del mercado.
De acuerdo con un informe de la Fundación Mediterránea, el respaldo electoral al presidente Javier Milei consolidó una nueva etapa en la relación entre política y economía. Con 83 diputados propios —107 si se incluyen los aliados del PRO— y 20 senadores (26 junto a sus socios parlamentarios), el oficialismo gana margen de maniobra para avanzar con su agenda de reformas estructurales, centrada en la consolidación fiscal, la apertura comercial y la independencia del Banco Central. Aunque las mayorías aún no están aseguradas, la administración libertaria deja atrás la lógica defensiva que caracterizó sus primeros meses de gestión.
El informe advierte, sin embargo, que el principal desafío será evitar los excesos de confianza que podrían poner en riesgo la estabilidad y la credibilidad alcanzadas en los últimos meses.
Uno de los cambios más notables observados por la Fundación Mediterránea fue el tono más moderado del Presidente en las semanas previas y posteriores a los comicios. Su disposición al diálogo con sectores no kirchneristas y la reciente reunión con gobernadores marcaron una inflexión en su estrategia política. Para los analistas, este viraje hacia el pragmatismo fue interpretado como una muestra de madurez institucional, bien recibida por los mercados y el empresariado.
El resultado electoral, leído como un shock de confianza, tuvo impacto inmediato en el frente financiero. El tipo de cambio oficial retrocedió 2,5%, los dólares financieros acompañaron la tendencia y la brecha cambiaria se redujo a 2,7%. El Contado con Liquidación se ubicó en torno a los $1.513 por dólar, mientras los contratos de dólar futuro registraron una baja promedio del 5%. Aun así, el mercado sigue percibiendo el esquema de bandas cambiarias como transitorio, con expectativas de una depreciación gradual hacia 2026.

El triunfo de Javier Milei desató la euforia de los mercados
Con el alivio cambiario y el renovado optimismo, el Banco Central y el Tesoro comenzaron a relajar la política monetaria. La autoridad monetaria flexibilizó encajes bancarios para mejorar la liquidez, y el Tesoro liberó unos $5 billones mediante operaciones de mercado y licitaciones. Las tasas de corto plazo cayeron abruptamente: la caución a un día se redujo del 72% al 23% TNA.
En los mercados de deuda, las LECAPs y BONCAPs pasaron de rendimientos del 34% real anual a niveles de entre 3% y 5%. Los bonos soberanos en dólares subieron 22%, llevando el riesgo país a 655 puntos básicos, su menor nivel en cinco meses. La mejora coincidió con una baja en los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense, lo que acentuó la compresión de tasas locales.
Pese al alivio financiero, la Fundación Mediterránea advierte sobre un punto crítico: las reservas internacionales netas siguen en terreno negativo, cerca de 11.100 millones de dólares. Para cumplir con el FMI, el Gobierno deberá sumar al menos 8.000 millones antes de fin de año.
El vicepresidente del BCRA, Vladimir Werning, aseguró que la base monetaria —equivalente al 4,7% del PBI— puede expandirse sin generar presiones inflacionarias, siempre que la demanda de dinero acompañe la recuperación económica. Además, destacó que los créditos al sector privado se duplicaron desde el inicio de la gestión y que el objetivo es fomentar una “competencia de monedas” que fortalezca al peso sin excluir al dólar.
Werning anticipó también que aún restan eliminar restricciones cambiarias tras el levantamiento del cepo en abril, aunque su eliminación será “inminente”. Comparó esa desregulación con “la caída del muro de Berlín económico”, y subrayó que las nuevas reglas buscan más transparencia, competencia y crédito barato.
El informe concluye que las elecciones consolidaron un rally financiero sostenido por la recuperación de la confianza y la expectativa de continuidad institucional. No obstante, advierte que los desafíos siguen siendo estructurales: recomponer reservas, mantener la disciplina fiscal y sostener el crecimiento. En la economía argentina, recuerda el documento, la confianza se construye lentamente, pero puede perderse en un solo paso en falso.