28/11/2025 - Edición Nº604

Economía

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Mercados en alerta: dudas sobre la acumulación de reservas y el valor del dólar

28/11/2025 | El Gobierno analiza flexibilizar las metas con el FMI mientras crece la presión cambiaria y el riesgo país. Bancos internacionales advierten por la falta de reservas y los desafíos del esquema de bandas en un contexto de volatilidad.


por Redacción Mendoza Económico


La discusión en torno a la necesidad de reunir cerca de 9.000 millones de dólares para cumplir con la meta acordada con el Fondo Monetario Internacional (FMI) volvió a tensionar el escenario financiero. Pese a la inquietud que generó ese objetivo, el ministro de Economía, Luis Caputo, buscó restarle dramatismo y sugirió que el Gobierno podría avanzar hacia una renegociación o incluso solicitar un waiver. La posibilidad de una flexibilización del programa reabrió interrogantes en los mercados, que observan con atención la capacidad del equipo económico para preservar la estabilidad alcanzada en los últimos meses.

Esos interrogantes reavivaron la volatilidad cambiaria y provocaron un alza del riesgo país, además de una mayor presión sobre el dólar en la plaza local. En paralelo, algunos bancos internacionales retomaron las advertencias sobre un posible incremento de la inestabilidad financiera y reclamaron acelerar el ajuste de la banda superior del régimen cambiario, que en octubre habría vuelto a quedar rezagada frente a la inflación.

Durante una exposición en la Fundación FIEL, Caputo reconoció que las metas originalmente establecidas respondían a una urgencia estrictamente financiera: afrontar los pagos por unos 4.500 millones de dólares previstos para enero, tanto con bonistas privados como con organismos multilaterales. Según explicó, el nuevo escenario político posterior a las elecciones permitió “separar lo financiero de lo monetario”, una diferenciación que habilita al Gobierno a encarar alternativas más flexibles. Entre ellas mencionó la posibilidad de utilizar el swap con China, obtener una línea de financiamiento desde Estados Unidos o avanzar en un nuevo acuerdo con bancos internacionales.

La respuesta del organismo no tardó en llegar. La vocera del FMI, Julie Kozak, subrayó que Argentina debería aprovechar las condiciones relativamente favorables del mercado para fortalecer la acumulación de reservas y reforzar la estabilidad macroeconómica. Ese contrapunto entre la postura del Fondo y la del Palacio de Hacienda volvió a sembrar dudas sobre la hoja de ruta oficial, especialmente porque Economía no contempla aplicar un esquema anticipado de compras de divisas.

Juntar dólares, un desafío que el Gobierno no puede y no quiere cumplir.
Juntar dólares, un desafío que el Gobierno no puede y no quiere cumplir.

Expectativas privadas y señales desde el exterior

Los contactos recientes con ejecutivos de Morgan Stanley aportaron otra capa de cautela. El banco de inversión consideró que, dadas las condiciones actuales de liquidez en el mercado cambiario local, un cronograma explícito de compras de divisas no sería viable en el corto plazo. En su lugar, recomendó avanzar con un manejo discrecional mientras se consolida una estructura operativa que permita una intervención más previsible.

Morgan Stanley anticipó además que el tipo de cambio podría experimentar una depreciación de entre 10% y 15%, y sostuvo que la acumulación de reservas llegaría luego de que el Gobierno concrete la operación de recompra de bonos que prepara para las próximas semanas. En el circuito financiero de Nueva York estiman que ese movimiento apuntaría a llevar el riesgo país a un rango de 300 a 400 puntos básicos hacia enero.

En ese mismo mes se realizará una nueva revisión del programa con el FMI, proceso que volverá a poner bajo la lupa tanto el cumplimiento de las metas como la consistencia general de la política económica. Para especialistas como Claudio Loser, exdirector argentino del organismo, la renegociación aparece como un desenlace inevitable. Otros exfuncionarios destacan que el staff técnico ya cumplió con la dimensión política del acuerdo inicial, pero advierten que esta vez podría intervenir con mayor influencia el Tesoro de Estados Unidos, actor decisivo en las negociaciones argentinas.

Reservas, riesgo país y el movimiento del crédito corporativo

Más allá del cumplimiento de las obligaciones externas, la acumulación de reservas se volvió un elemento central para sostener la tendencia descendente del riesgo país. En semanas recientes, varias compañías con solidez financiera aprovecharon la ventana de estabilidad para emitir deuda en condiciones más ventajosas. Según datos de Invecq, las colocaciones de obligaciones negociables sumaron 3.000 millones de dólares en las dos primeras semanas de noviembre, superando el total emitido en 2022 y 2023 combinados. Cerca del 98% correspondió a empresas del sector energético, que lograron tasas en torno al ocho por ciento y plazos superiores a una década.

Ese dinamismo contrasta con la discusión sobre el régimen cambiario. Un informe reciente del banco inglés EMFI Group advirtió que el actual esquema de bandas, pensado para acompañar el proceso de desinflación, podría entrar en tensión con el objetivo de acumular reservas de manera sostenida. La dependencia de flujos de capital volátiles y el riesgo de un shock externo que obligue al Banco Central a intervenir con recursos escasos conforman, según la entidad, un cuadro de vulnerabilidad persistente.

El análisis de EMFI remarca que, aunque el tipo de cambio real se mantiene en niveles históricamente manejables, una apreciación prolongada podría deteriorar la cuenta corriente y aumentar la necesidad de financiamiento externo. Con una inflación proyectada para 2026 cercana al 1,4% mensual, las bandas que se ajustan al uno por ciento podrían apreciarse en términos reales, dificultando la competitividad externa.

La conclusión del informe es contundente: el marco vigente puede resultar funcional a metas ambiciosas de desinflación, pero no garantiza una acumulación sólida de reservas. De acuerdo con EMFI, su sostenimiento dependería de un mayor ingreso de capitales o de una baja más acelerada de la inflación, dos supuestos que considera optimistas.