por Redacción Mendoza Económico
El sector industrial manufacturero argentino atraviesa un momento de fuerte contracción y desconfianza empresarial, según la reciente Encuesta de Tendencia de Negocios (ETN) del INDEC, que evaluó la situación de octubre de 2025 y las expectativas para noviembre 2025–enero 2026.
El panorama es claro: expectativas negativas, cautela extrema y un retroceso sostenido de la demanda interna.
El Indicador de Confianza Empresarial (ICE) se ubicó en -22,8%, un nivel que refleja un marcado pesimismo respecto de la marcha de los negocios.

El principal obstáculo para aumentar la producción es la caída del consumo, señalada por el 50,2% de los encuestados —apenas por debajo del 53% del trimestre previo—, lo que confirma que el mercado doméstico continúa siendo la mayor traba para la actividad.
Otros factores en aumento que condicionan la producción son:
Competencia de productos importados (10,6% vs. 9,7% previo)
Problemas financieros (5% vs. 2,6%)
Incertidumbre económica, uno de los más crecientes (8,8% vs. 6,8%)
En contraste, la escasez de insumos retrocedió hasta el 4,2%.
La debilidad del consumo también se refleja en la cartera de pedidos:
54,3% de los empresarios la considera por debajo de lo normal, contra solo el 3,6% que la ve por encima, lo que arroja un balance crítico de -50,8%.
En cuanto a los stocks, el sector acumula excedentes del 8,5%, con un 24,7% de empresas que reportan niveles por encima de lo adecuado.
Para el trimestre noviembre 2025–enero 2026, la industria prevé un escenario de contracción y estancamiento.
Producción: balance de -9,2% (22,5% espera caída; 13,3% aumento).
Demanda interna: balance de -12,9% (28,1% prevé caída).
Exportaciones: único indicador levemente positivo, con balance de 0,8%.
El mercado laboral aparece particularmente vulnerable:
Empleo: balance de -13% (16,5% prevé reducir personal).
Horas trabajadas: balance de -11,1%.
Los empresarios muestran una percepción que choca con el optimismo del Gobierno.
El 27,6% califica la situación empresarial general como mala, contra un 8% que la considera buena, lo que genera un balance de -19,6%.
La situación financiera tampoco ofrece alivio:
21,8% la describe como mala, con un balance de -8,5%.
El acceso al crédito es uno de los indicadores más deteriorados:
34,5% lo considera difícil y solo un 6,5% lo ve accesible, cerrando con un balance negativo de 28 puntos.
La industria se encamina hacia un fin de 2025 e inicio de 2026 marcado por recesión interna, incertidumbre macroeconómica y una demanda deprimida, tres factores que limitan cualquier posibilidad de rebote productivo.
Aun así, la expectativa sobre la situación futura muestra un leve equilibrio:
12,7% cree que mejorará y 12,1% que empeorará, dejando un balance marginalmente positivo.