Según un informe de la revista del rubro Environmental Toxicology and Chemistry, el agua potable de Tres Arroyos y Claromecó contiene un insecticida que se utiliza para el control de plagas en soja, maíz, trigo y cebada, es decir, agrotóxicos.
Una doctora en Biología y docente-investigadora de la Universidad de Hurlingham y Moreno, Melina Álvarez aseguró en diálogo con Página 12, que el agrotóxico “perjudica a la salud humana, principalmente, al sistema nervioso central”.
Entre los agrotóxicos hallados en el agua potable, están los insecticidas endosulfan, clorpirifos y cipermetrina.
"Puede ser letal tanto para un insecto como para una persona, aunque las dosis necesarias para uno y otro caso sean bien distintas. Probablemente, la cantidad del insecticida que termina con la vida de un bichito muy pequeño en los humanos ocasiona efectos tóxicos crónicos que solo se descubren con el paso del tiempo. Si analizamos la bibliografía y los estudios disponibles es posible afirmar que opera como un disruptor endócrino y que, potencialmente, causa cáncer", explicó la doctora en Biología.
Sin embargo, las irregularidades en el agua de la localidad de Tres Arroyos datan de mayo de 2018, tras hallar cantidades de arsénico en más de 500 muestras de agua subterráneas, según informó La Voz del Pueblo, un medio local de Tres Arroyos.