por Marcelo López Álvarez
El cierre del escrutinio de las elecciones legislativas de 2025 deja al gobierno de Javier Milei frente a un escenario donde la responsabilidad sobre el rumbo económico y político recae de manera exclusiva en la Casa Rosada. El resultado, más allá de la composición final del Congreso, redefine el equilibrio de poder y otorga al oficialismo una nueva legitimidad tras semanas de incertidumbre.
Si bien los datos definitivos del recuento parlamentario se conocerán recién con el escrutinio final, el desempeño de La Libertad Avanza modificó la percepción dominante luego del tropiezo del 7 de septiembre en la Provincia de Buenos Aires. Aquella jornada había instalado la idea de un retroceso político. Sin embargo, la elección nacional revirtió aquella tendencia y consolidó al oficialismo como fuerza central del escenario político argentino.
Los mercados financieros ofrecieron una señal inmediata de lectura favorable. En las horas posteriores al cierre de los comicios, el dólar cripto descendió de 1.600 a 1.470 pesos, reflejando una corrección impulsada por expectativas de estabilidad y continuidad del programa económico. En el sector financiero, la conclusión fue unánime: Milei obtuvo una victoria suficiente para garantizar margen de maniobra en la segunda etapa de su mandato.
La interpretación dominante entre empresarios y analistas es que el Gobierno logró recuperar poder político, un activo indispensable para sostener sus decisiones de ajuste, reforma y apertura, incluso si la correlación legislativa no resulta del todo favorable. Desde este lunes, la expectativa es que los mercados locales respondan con euforia, con un clima de confianza reforzado por el resultado electoral.
La reacción de los mercados es la esperable en las primeras horas de este lunes y seguramente son el inició de una rally semanal de euforia. Sin embargo hay que dejar claro que el triunfo electoral no cambia la insustentabilidad del modelo en el mediano y largo plazo
Las jornadas previas a las elecciones estuvieron marcadas por un hecho inusual: una serie de gestos explícitos de apoyo internacional al gobierno argentino. La intervención del Departamento del Tesoro de Estados Unidos en la economía local, junto con la presencia en Buenos Aires de figuras centrales del sistema financiero global, consolidaron un alineamiento que excede lo económico. A esa red de respaldo externo se suma ahora el apoyo interno de las urnas.

Donald Trump y Javier Milei, el apoyo del estadounidense fue clave en el último tramo de la campaña
De este modo, el gobierno de Milei acumula una legitimidad inédita: respaldo de los mercados globales, apoyo del gobierno estadounidense y aval popular. La incógnita, sin embargo, apunta hacia adelante: ¿cómo utilizará el oficialismo ese poder concentrado? La segunda mitad del mandato exigirá definiciones estratégicas y un giro hacia las demandas sociales que acompañaron la promesa de cambio.
El resultado de las elecciones 2025 transforma lo que debía ser una contienda legislativa en una suerte de plebiscito político sobre la gestión. En lugar de debilitarse, el experimento libertario parece haber consolidado una nueva base de sustentación. La ciudadanía —hasta hace poco escéptica frente al vínculo con Estados Unidos o al ajuste económico— respaldó al gobierno con una mezcla de expectativa y pragmatismo.
La euforia que dominará la semana entrante puede traducirse en un respiro económico, pero también en una presión política adicional. Con la “excusa del riesgo peronista” ya fuera de escena, el presidente Milei deberá responder directamente ante sus votantes, que depositaron una segunda cuota de confianza en su proyecto.
La estabilización macroeconómica y el flujo de apoyo internacional plantean una etapa distinta: la de las demandas sociales. Como lo señaló el analista Roberto Stahringer en Aconcagua Radio, el desafío será traducir la estabilidad financiera en mejoras concretas de ingresos, tarifas, empleo, seguridad e industria. La población que votó cambio ahora espera resultados visibles en su vida cotidiana.
En ese sentido, el desempeño de La Libertad Avanza en la Provincia de Buenos Aires contiene una advertencia. Los votantes no muestran fidelidades permanentes: hace un mes acompañaron a Axel Kicillof, y ahora a Javier Milei. El electorado se mueve por expectativas inmediatas y evalúa según los resultados. Si el gobierno logra responder a esas expectativas, consolidará su liderazgo. Si no, la volatilidad política podría volver a instalarse en el centro de la escena.